2024
Apareció primero el 22 de enero de 2024 como original para la Web.
En el amoroso ambiente del campamento, fui testigo del crecimiento espiritual en la vida de jóvenes de todo el mundo. Qué bendición fue apoyar y ser parte de esto.
Apareció primero el 22 de enero de 2024 como original para la Web.
Si bien cada individuo tiene una historia, un idioma y una cultura que deben ser valorados, lo que más fundamentalmente nos define es la “preexistencia” con Dios.
Al reflexionar sobre esa experiencia, que ocurrió hace décadas, me he dado cuenta de que la pregunta: “¿Qué haría Jesús?” —o, en otras palabras, “¿Cómo respondería Jesús?”— es una pregunta que podríamos hacernos en cualquier circunstancia.
Surgieron muchos desafíos, pero mi esposo y el practicista me apoyaron mediante la oración durante todo el embarazo, y una cosa quedó clara: nada podía tocar esta idea espiritual.
Original en español
Sentí que era el Cristo, la verdadera idea de Dios, que Jesús encarnó, que me fortalecía y me capacitaba para apoyarme en Dios para sanar.
Lo que realmente necesitamos para tener una familia feliz y equilibrada es comprender los atributos del Espíritu, como armonía, gracia y alegría, que no pueden dejar de enriquecer nuestra experiencia.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, sentí como si me hubieran quitado una pesada carga de encima. Me di cuenta de que nuestro Padre-Madre Dios tiene un bien maravilloso, no solo para mi familia, sino para mí también.
Orar puede ayudarnos a escuchar los buenos pensamientos que siempre vienen de Dios, y esos pensamientos nos sanan.
En lugar de pedirle a Dios que nos arroje un poco de bondad, es una alegría abrazar la presencia constante de Dios y su amor inquebrantable, inmutable e ilimitado.
Mi práctica diaria consistía en mantenerme cada vez más en la bondad de Dios y en todo lo bueno que veía expresado a mi alrededor, y verme a mí mismo como el reflejo de Dios.